Resumen:
Ante la necesidad de concienciar sobre lo importante
que es mantener estudios vinculados al pasado y al patrimonio, realizamos una
recomendación, para el interesado lector, de un museo arqueológico que representa
a la perfección cómo es la evolución histórica de una ciudad.
En
la Plaza de la Virgen, una de las localizaciones más icónicas de la ciudad de
Valencia, encontramos edificios emblemáticos de la antigua capital del Reino de
Valencia, tales como la Basílica de la Virgen de los Desamparados, el Palacio
de la Generalitat Valenciana, y la Fuente del Turia, donde una estatua de un hombre
sosteniendo una cornucopia y rodeado de doncellas representa al río Turia y
todos sus afluentes (dicen que el modelo fue un profesor de la Universidad de Valencia). En esa plaza, la Puerta de los Apóstoles congrega al
Tribunal de las Aguas todos los jueves a las 12 desde hace más de mil años,
siendo la institución jurídica vigente más antigua de Europa, y en esa misma
plaza es donde termina la Ofrenda de Flores, una de las actividades más
importantes de Las Fallas.
Estamos
hablando de una plaza cuya cultura e historia son de un valor incalculable, y
es ampliamente visitada por turistas de todos lo rincones del mundo.
Pero
hoy no vamos a hablar de La Plaza de la Virgen, sino de un pequeño museo
situado detrás de ella, en la plaza que recibe el nombre en honor al yacimiento
histórico que hay. El Museo de L’Almoina, en el que se encuentra el mayor
yacimiento arqueológico de la ciudad de Valencia, remontándose desde su
fundación romana hasta el periodo musulmán y el del Reino de Valencia de Jaime
I, realizando un recurrido de la historia de la urbe por más de 2000 años, en
el que este lugar siempre se situó su centro político, religioso y cívico.
Historia de Valencia expuesta en L’Almoina
La antigua ciudad de Valentia fue fundada en el año 138 a.C. por Décimo Junio Bruto al licenciar a sus tropas de las campañas lusitanas y concederles tierras en lo que actualmente se correspondería con el casco antiguo de la Ciudad de Valencia. Cerca del Cardus y el Decumanus Maximus (las dos calles principales de una ciudad romana) se ha encontrado un pozo de una profundidad de 3,29m en el que habían piezas cerámicas como ollas, cazuelas, morteros, vajilla de mesa y recipientes de muchos tipos.
Valentia fue destruida por Pompeyo en el 75 a.C. durante las
guerras Sertorianas. La ciudad, destruida, fue abandonada, y en L’Almoina se ha
corroborado esta destrucción bélica con el hallazgo de armas y 17 esqueletos de
soldados ejecutados.
No
obstante, hacia el final del reinado de Augusto se tienen signos de nueva
presencia humana, y se sabe que fue refundada entre los años 5 a.C. y 5 d.C.
con categoría jurídica de colonia romana. En esta etapa, se construirían todos
los elementos propios del urbanismo romano, incluyendo el circo, pero también edificios
conservados en L’Almoina como el foro, el ninfeo,
la curia y la basílica. La construcción de la Via Augusta en el siglo I d.C.
permitirá a Valentia una conexión con la propia ciudad de Roma, pues el
cardo de la ciudad coincidía con ella.
Tras
la caída del imperio romano en el siglo V d.C., los visigodos ocuparon la
península ibérica y la ciudad de Valentia pasó a formar parte del reino
visigodo de Toledo. En esta época, l’Almoina sigue siendo la zona principal de
la ciudad, pero el antiguo foro y su entorno han sido convertidos en el
conjunto episcopal, en el que predomina una gran catedral rodeada de
cementerios, iglesias, palacios y demás edificios romanos que aún se mantienen
en pie. En la actual Almoina quedan los restos de baptisterio de mediados del
siglo VI, conocidos como “cárcel de San Vicente”. Se cree que este baptisterio
presentaba una planta cruciforme, y fue construido con muros de sillares romanos.
Hay que tener en cuenta que a principio del siglo IV el diácono Vicente fue
martirizado en Valencia. Sobre los escombros de la cárcel de San Vicente, donde
se supone que sufrió su martirio, se levantó un ábside con forma de herradura,
único vestigio del edificio.
De
todas maneras, y aun sobreviviendo como centro urbano por ser sede episcopal,
se tiene constancia de que la ciudad estaba despoblada y casi vacía. Será en el
periodo musulmán cuando Valentia, ahora en esta época llamada Balansiya (nombre que llevará también la taifa homónima) o Madinat al-Turab ("Ciudad del Polvo"),
una renovación urbanística. Encontramos evidencia de esto en la ocupación de
una parte de la muralla islámica, perteneciente al alcázar del siglo XI.
Ya
sería durante el periodo del Reino de Valencia cuando el lugar recibiría el
nombre de l’Almoina. Será en el año 1303 cuando el obispo Ramón Despont funde
l’Almoina de la catedral de Valencia, la cual era una institución benéfica dedicada
a la limosna y a la manutención de personas sin recursos. A lo largo de toda su
historia, el edificio fue variando en sus funciones destinándose una de sus
salas como escuela de gramática y teología a partir del siglo XIV o bien como
cárcel para refugiados acogidos a la inmunidad eclesiástica entre los siglos
XVII y XVIII. Sin embargo, el edificio fue derribado en el siglo XIX.
Descubrimiento de L’Almoina y creación del Museo
Fotografía aérea realizada durante una rehabilitación del yacimiento arqueológico de L'Almoina (2003) |
En
1985,
la Basílica de Valencia compró unos terrenos que más tarde serían conocidos
como la Plaza de L’Almoina. En un principio, estarían destinados a un proyecto
de ampliación de las propiedades de la iglesia presentes en la zona, pero se anuló
el proyecto al encontrarse en las excavaciones los restos de lo que fue la
ciudad romana de Valentia, el origen
de la ciudad de Valencia, tanto en época republicana como en época imperial. El
ayuntamiento de Valencia compraría el terreno y realizaría las necesarias
intervenciones arqueológicas, inaugurándose en 2007 el Museo Arqueológico de
L’Almoina, ofreciendo a todos los visitantes del museo el acceso al complejo
arqueológico.
¿Qué podemos encontrar?
Este subsuelo arqueológico ocupa una
superficie de 2.500 metros cuadrados y conserva restos arqueológicos que
muestran la evolución de la ciudad desde el siglo II a.C., de época romana,
hasta el siglo XIV, ya de época medieval, pasando por el periodo musulmán de Balansiya y la Valentia visigoda.
Maqueta en bronce del yacimiento arqueológico |
El centro arqueológico está dotado
en cada uno de los yacimientos arqueológicos expuestos una perfecta explicación
cronológica y descriptiva de éstos en paneles de fondo negro y letras blancas,
haciendo la lectura más cómoda para los alumnos. Además, al lado de estos
paneles están colocadas pequeñas maquetas de las respectivas construcciones, claramente
adaptadas a las personas con discapacidad visual, dado que están acompañadas
del nombre del hallazgo arqueológico en braille.
Dentro de L’Almoina, pueden
encontrarse muestras de la cultura romana tales como unas termas, un ninfeo,
fragmentos del cruce entre el Cardus y
Decumanus Maximus, una necrópolis, un
Horreum, restos del foro de la
antigua Valentia con la
correspondiente maqueta del mismo, un arco de la entrada al foro, la curia, y
una factoría de época imperial, y una sección dividida en dos partes de la
cerámica encontrada
Al entrar en el centro arqueológico
el visitante podrá observar la maqueta completa del subsuelo arqueológico que van a visitar. La
vista empieza bajando a la planta baja para luego subir a la planta superior.
Fotografía de las 3 zonas (Frigidarium, Tepidarium y Caldarium) de las Termas romanas de L'Almoina |
Al bajar las escaleras los visitantes
podrán ver las tinajas a su izquierda, para luego avanzar y encontrarse el
primer edificio, unas termas datas de la época republicana. Tras las termas, avanzamos
hacia lo que en época romana era la salida de la ciudad de camino hacia el
circo, y podrán ver el ninfeo, edificio funcionaba como una fuente monumental
en la época romana. Después llegarán al cruce del Cardus y el Decumanus maximus, y luego pasarán a ver las
necrópolis romanas y la escultura del león postrado, al lado de un altar
funerario.
Recreación en bronce del Forum romano y del Horreum allí situado |
Luego pasarán a ver la maqueta del
foro y de Horreum, y acto seguido
pasarán a ver los restos propios del foro. Después verán los restos de una
entrada al foro, formada por dos columnas y el arquitrabe, formándose así como
un arco arquitrabado. Así mismo, también puede verse una maqueta del foro de
época imperial y la curia en el que se reunía el senado de la ciudad de Valentia, para luego visitar la sección en
la que podrán ver los restos de la basílica. Ya antes de subir se verían las
factorías de época imperial, habiendo pasado el ábside de la iglesia de periodo
visigodo.
Tras terminar con el piso de abajo, los
visitantes podrán acceder al piso superior, y verán un vídeo sobre la historia
y la evolución del centro arqueológico, desde la fundación de Valentia, pasando por el propio
descubrimiento de los restos arqueológicos. Después, ya para finalizar,
observarán la cerámica tanto del periodo romano como el islámico para observar
los restos materiales de estos periodos.
Conclusiones
L’Almoina
supone para aquel que la visita una experiencia única, sin importar si el
visitante es un estudioso de la historia, un recién iniciado en ella o un
alumno de secundaria que todavía está aprendiendo. Una de sus características
más destacables es que es un museo perfecto para una primera toma de contacto
con el apasionante mundo de la arqueología y de la historia, dado su alto valor
pedagógico.
A
este valor pedagógico se suma también que la visita y el estudio de L’Almoina
nos puede inculcar tanto a nosotros como a los más jóvenes el respeto al pasado
y a la multiculturalidad, dado que el estudiando el pasado de la ciudad de
Valencia nos permite hacernos conscientes de que una población, una ciudad, una
sociedad, no es algo monolítico y fijo, sino que es el resultado de una
amalgama de las culturas y personas que la precedieron. Ello nos ayuda a poder
estudiar y comprender culturas diferentes y distantes a la nuestra en tiempo o
en espacio
Pero
otro elemento que debemos de reconocerle al centro arqueológico de L’Almoina es
el cómo refleja el cambio y la continuidad de la ciudad de Valencia.
El
centro es en sí mismo muy pequeño, y no alcanza en magnitud y popularidad a
otros monumentos o enclaves históricos, como pueden ser un anfiteatro o una
catedral.
Sin
embargo, destaca en el hecho de que es prueba física de la evolución de una
ciudad a lo largo de los siglos, y cómo ésta, a pesar de todos sus cambios y
eventos, perfectamente reflejados en L’Almoina, ha mantenido su importancia y
estatus como urbe habitable, adaptándose a las necesidades e inquietudes de las
personas que habitaron en ella.
Si
viéramos una ciudad como si fuera un árbol, nosotros estaríamos habitando las
zonas equivalentes a la copa y el tronco, siendo las raíces los enclaves
arqueológicos que antaño fueran la urbe cuando apenas era un brote. Raíces que,
por desgracia, no siempre están disponibles para su estudio y disfrute por
aquellos que actualmente nos movemos y conocemos el tronco y el árbol.
Así pues, gracias a L’Almoina podemos visitar, y al mismo admirar, las bellas y antiguas raíces de ese hermoso naranjo que es la Ciudad de Valencia.
Bibliografía y consultas web
- Díez Arnal, J. (2008). Centro Arqueológico de la Almoina - Plaza de la Almoina . Nov. 14, 2018, de Centro Arqueológico de La Almoina, Sitio web: http://www.jdiezarnal.com/valencialaalmoina.html.
- Escrivà Chover, Mª Isabel (2010). Guia del Centre Arqueològic de l'Almoina. València: Ajuntament de València, Delegació de Cultura. Centre Arqueològic de l'Almoina (València).
- Marín Jordà, Carmen (1999). L'Almoina : de la fundació de València als orígens del cristianisme . València : Ajuntament de València.
- Redal E. Juan (Dir), (2007). La forma de vida de los romanos. En Geografía e Historia, 1º de la ESO Comunidad Valenciana (Pp. 236-247). Madrid: Ediciones Voramar Santillana, proyecto Casa del Saber.
- Ribera i Lacomba, Albert; Rosselló Mesquida, Miguel (1999). L'Almoina : el
nacimiento de la Valentia Cristiana. València : Ajuntament de València.
Quaderns de difusió arqueològica ; 5.
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