viernes, 20 de marzo de 2020

CARTAGO CONTRA LOS TIRANOS



La pugna por el control del Mediterráneo


Las Guerras Sicilianas o Guerras Greco-Púnicas fueron una serie de acontecimientos entre cartagineses y las colonias griegas de Italia y Sicilia. Se trata de uno de los conflictos más largos de la antigüedad, un suceso muy importante para el desarrollo de Cartago en su expansión territorial, y su papel transitorio de colonia fenicia a potencia. También porque suponen la resistencia del mundo fenicio, en plena decadencia frente a un colonialismo griego en pleno auge y sin freno alguno, pasando a convertirse en aisladas colonias fenicias, a formar parte de una entidad cultural nueva, convirtiéndose en los púnicos, los pueblos sucesores de los fenicios que poblaron el mediterráneo mil años antes.

Las fuentes más importantes sobre estas guerras se perdieron en la quema de Cartago por parte de los romanos, por lo que hay muchas lagunas que probablemente no vayan aclararse nunca. Pero tenemos menciones griegas y latinas sobre lo ocurrido, cuyo análisis sirve como punto de partida para establecer una un relato de lo sucedido.

"Cartago contaba con la flota más numerosa y poderosa del Mediterráneo, siendo la principal fuerza contra la piratería. No se sabe a ciencia cierta el tamaño del puerto de la ciudad, pero por las descripciones griegas, debemos pensar que fue un gigantesco puerto capaz de albergar miles de naves en mantenimiento"

Tras la caída del mundo fenicio en el siglo VIII, las colonias fenicias perdieron el monopolio de las rutas del mediterráneo occidental. Los griegos, se expandieron sin que nadie se lo impidiese, a las costas ibéricas, itálicas y las islas de Sicilia o Córcega. De estas ciudades fenicias, una acabaría liderando la resistencia fenicia contra el mundo griego, Cartago, que impulsará un renacimiento de la cultura fenicia que daría lugar al mundo púnico.

Cartago entabló el control de las ciudades fenicias, y formó una enorme flota con los barcos mercantes para aplicar un bloqueo. Los cartagineses se aliaron con una civilización del norte de Italia, los etruscos, que dejaron claros las limitaciones del comercio entre ellos: los etruscos se quedarían con el mar Tirreno, mientras que Cartago se quedarían con el resto del mediterráneo occidental. Una flota etrusco-cartaginesa, interceptó una flota griega, que huía de Asia Menor por el dramático éxodo de los foceos tras la invasión persa de Ciro el Grande.
"La escasa información sobre las guerras greco-púnicas nos viene directamente de fuentes griegas. Gran parte de las descripciones de historiadores cartagineses se perdió con la destrucción de Cartago por parte de Roma".

Los cartagineses y etruscos provocaron un enfrentamiento naval el año 540 a.C. que a pesar de la destrucción de los barcos foceos, no pudieron evitar que naufragaran en la isla de Córcega, que estaba dentro del área de influencia cartaginesa. Sin embargo, sirvió para dejar claro a los griegos que no eran bien recibidos y dibujar las limitaciones cartaginesas en el mediterráneo. Poco a poco, los cartagineses bloquearon el mediterráneo occidental, y acabaron aislando a las colonias griegas del sur de la Galia y de la Península Ibérica del resto del mundo griego.


Los tiranos de Siracusa

"Siracusa prosperó gracias a gobiernos tiránicos bajo el liderazgo de una figura personalista. Estos tiranos se ganaban el favor de la población promocionando obras públicas impresionantes que se pueden apreciar a día de hoy."

El control de los cartagineses de la circulación de mercancías y metales de la Península Ibérica, se llevó a rajatabla. Sin embargo, la isla de Sicilia, presentaba un obstáculo a sus intereses, cuando la ciudad de Siracusa comenzaría a expandirse por el resto de la isla.

Durante el siglo VI a.C. la cosa cambiaría a favor de las colonias griegas de Sicilia. El mundo etrusco, principal aliado anti-griego de Cartago, se derrumbó tras las invasiones galas del norte; y latinos y romanos desde el sur. Esto se sumó junto con el liderazgo de Siracusa, una polis localizada en la costa oriental de Sicilia fundada por los corintios. La democracia en la ciudad, fue mínima y su desarrollo fue interrumpido por el auge de gobiernos tiránicos, aupados por la población más desfavorecida, que llevaron a la ciudad a un periodo de gran esplendor.

Gelon de Siracusa, originario de una familia sacerdotal del culto a Démeter, se convirtió en el primer tirano de la ciudad tras un golpe de estado, y presentándose enemigo de las familias oligárquicas de la ciudad. El resto de las polis sicilianas, respaldaron el liderazgo de Gelion en la isla, y formaron una coalición en torno a Siracusa para unificar la isla.
"Gelón fue el primero de una serie de tiranos a partir del 540 a.C. cuya tiranía fue inspirada por una ciudad vecina que adoptó el gobierno tiránico con buenos resultados"

Los cartagineses conversaban unos pocos asentamientos junto con ciudades griegas pro-púnicas para proteger el paso del tráfico naval desde Túnez, y no podían permitir el expansionismo siracusano en el resto de la isla. Comenzaría en el año 480 a.C. una serie de guerras que durarían dos siglos por el control efectivo de Sicilia por parte de cartagineses y griegos.


Gelion contra los magónidas

"Imagen antepuesta de una más cara griega con otra púnica, representando el choque de los dos mundos en las guerras greco-púnicas."

Cuando Gelión atacó la ciudad siciliana de Himera, el tirano Terilo, tuvo que exiliarse y pedir auxilio a los cartagineses. Este casus belli, sirvió como excusa al Imperio Cartaginés de intervenir en un escenario un tanto problemático para sus intereses, y así reforzar el control del paso del norte de África.

La expedición cartaginesa de Amílcar Magón, se describe con un número mayor a 300.000, pero a nivel personal considero que dicha cifra es exagerada e imposible. Se sumaba una flota de apoyo de al menos 200 buques de guerra, un número inferior debido a la poca capacidad de respuesta de la pequeña flota siracusana. . En un estado aún prematuro y que todavía no tenía suma importancia dentro de la doctrina cartaginesa, eran los guerreros libios, armados con jabalinas y escudos pesados, pero formados para luchar junto con la falange y no como unidad de choque, como serían en las guerras púnicas. No se sabe muy bien si los guerreros íberos combatieron, pero si se conoce que junto a los cartagineses lucharon guerreros ligures, habitantes de la galia itálica, equipados con armamento cartaginés.

"La Batalla de Salamina coincidió con la guerra entre cartagineses y griegos en Sicilia, que usó Siracusa como arma propagandística de la invencibilidad de los griegos.

Este ejército clásico cartaginés, luchaba todavía en formaciones muy cerradas, formando un muro de lanzas y escudos variados del aspis griego. Frente al ejército de Amílcar, tenemos el ejército tiránico de la coalición siciliana, al mando de Gelón de Siracusa, donde podemos ver una falange griega mejor formada. Se trataba de un ejército profesional ciudadano de menor número debido a la capacidad de mano de obra de estas ciudades, por lo que se reforzó con mercenarios, cosa que los griegos se olvidan de mencionar en sus fuentes. Las fuentes hablan de que su número oscilaba los 50.000, cosa totalmente exagerada y falsa. Los ciudadanos que no podían permitirse el equipo de un hoplita, servía como peltasta, infantería de proyectiles. La élite siracusana y parte de la aristocracia de las ciudades aliadas de Siracusa, formaban el grueso de la caballería griega.


La caballería de Gelion presionó el flanco derecho cartaginés aprovechando que la caballería cartaginesa no estaba en condiciones de hacerles frente debido a su pequeño número. Entraron en el puerto improvisado y prendieron fuego a sus barcos, que Diodoro asume que en todo ese caos, murió el mismísimo Amílcar. Entonces, el ejército de Gelión marchó para atacar el campamento con el ejército de tierra, suponiendo que consiguió dar un rodeo rápido a través de la ciudad de Himera, rodeándola hacia la izquierda de su campamento y alcanzando el ejército cartaginés desprevenido mientras sitiaba la ciudad.

Tras ganar una escaramuza entre tropas cartaginesas y griegas, atacó el campamento cartaginés. Las tropas íberas y galas se plantaron a defender el campamento, ganando un enfrentamiento contra los hoplitas siracusanos, y posicionándose en zonas de ventaja. Tras esta situación que se estaba viendo desbordada, los cartagineses huyeron hacia una colina para obligar a los griegos a presentar batalla en un terreno menos favorable. Tras una sangrienta lucha, los griegos tuvieron que retirarse con muchas bajas, pero con la desaparición de Amílcar, y la pérdida de su equipo de asedio, hizo que los cartagineses abandonaran el asedio, una victoria que coincidía al mismo tiempo que la Batalla de Salamina y de las Termópilas, cuando el sentimiento helénico estaba en el aire.


Segunda guerra greco-púnica 410-340 a.C.


Tras la derrota sufrida en Sicilia, los cartagineses supieron reponerse y dar un giro a su política exterior para adaptarse a los nuevos tiempos. Durante el periodo de paz de Sicilia, los cartagineses aprovecharon para fijar su “hinterland”, un espacio de interés, que se extiende por el norte de África. Cartago efectuó una expansión militar desde Tánger hasta la frontera de Cirenaica con Egipto.
A esta expansión militar y el interés cartaginés de enfocarse en una economía agrícola frente al tradicional comercio fenicio, iba de la mano de una aristocracia terrateniente que controlaba parte de la política cartaginesa. Sin embargo, Cartago nunca renunció a Sicilia, sobre todo con el surgimiento de Siracusa como la potencia predominante en la isla. El mismo casus beli que antes, aprovechando una petición de ayuda de la población de la Segesta, el nieto de Amílcar, Aníbal Magón, desembarcó del mismo modo que su abuelo. ¿Sufrirá también el mismo destino?, ayudó a Segesta a derrotar a la coalición griega y volvió a Cartago triunfante. Aníbal volvió con una fuerza mayor, pero se encontró con una situación poco favorable para Cartago, tras sitiar durante ocho meses la ciudad de Akragas, y sucumbir a la peste junto con parte de su ejército.

"Representación gráfica del Asedio de Motya en 398 a.C."

El nuevo general cartaginés, Himilco, realizó una labor más cauta y eficaz que el impasible Aníbal, capturando no sólo Akragas, sino Gela y destruir un ejército siracusano capturando al tirano Dionisio I. Consiguió un tratado de paz que dejó a Cartago como dueña de parte de la isla, siendo junto con Siracusa la dueña de la mitad de la isla.

La Tercera Guerra Greco-púnica (398-393 a.C.) sucedió poco después, cuando Dionisio consiguió consolidar de nuevo su poder y ejército y romper el tratado de paz con el asedio de Motya y Messina. Tras un fallido ataque naval sobre Siracusa, en una época donde se improvisaron nuevas armas de asedio como las catapultas griegas que se usaron en Motya. Cartago perdió las conquistas anteriores y Dionisio reconstruyó su poder. Es comprensible que Cartago no pudiera centrar sus esfuerzos en Sicilia, debido a una rebelión que surgió en su propio suelo y la invasión de ciertas tribus nómadas en su territorio.


Agatocles, el tirano del pueblo


Agatocles fue un personaje controvertido, de origen humilde, y que a pesar de la información que tenemos, se torna algo confusa. Agatocles se hizo al cargo de un poderoso ejército mercenario que amenazaba los asentamientos cartagineses y siracusanos, asediando la propia Siracusa. Agatocles pidió ayuda a Amílcar, el nieto de Hannon el Navegante, que se presentó con un ejército expedicionario, esta vez, para ayudar a Siracusa y cobrar su ayuda a precio de oro. Con ayuda de los cartagineses, Agatocles se convirtió en tirano de Siracusa. Agatocles fue un populista que gozaba el favor de los estamentos más desfavorecidos de la ciudad.
"Agatocles 361-289 a.C., pasó de ser el hijo de un ceramista de Calabria, a convertirse en rey de Siracusa, poniendo en jaque al poderoso Imperio Cartaginés"

Tarde o temprano, Agatocles se volvió en contra de los cartagineses, librando batallas que éstos vencieron, y acorralaron al tirano en su propia ciudad. Pero una hábil estrategia de Agatocles sorprendió a los cartagineses cuando organizó una invasión con el ejército que tenía sin que los cartagineses se dieran cuenta, y se presentó con 14.000 soldados a las costas de África.

Los cartagineses se presentaron superándoles en número, y donde presentaron una buena cantidad de carros de guerra púnicos. Los griegos presentaron batalla en terreno elevado, centrando a los hoplitas apoyados por los marineros, y reforzados por guerreros samnitas, que gozaban de una fama terrorífica en la batalla. Los carros de guerra púnicos cargaron por detrás, pero los hoplitas abrieron huecos para luego rechazarlos, muchos carros perdieron las riendas de sus caballos y otros sin darse cuenta, llegarían a chocar con la infantería cartaginesa que venía en su ayuda.

Agatocles cargó contra la Guardia Sagrada, matando a su capitán y haciendo que huyeran hasta la misma Cartago. Cuando se hizo de noche, Agatocles aprovechó para destruir el campamento cartaginés, dando muerte a uno de los traidores que cambiaron de bando, Aelymas, como represalia por su traición. Este ataque nocturno, según las fuentes latinas, inspiró a Escipión en la Segunda Guerra Púnica.
"El teatro de Siracusa, reformado en época helenística y luego romana, patrimonio de la humanidad"

Pero Agatocles había llegado al límite de su capacidad, era buen estratega, pero no podía hacer más contra la limitada capacidad económica y humana de Siracusa. Cartago siempre presentaría un ejército nuevo para hacerle frente, tenía el control de los mares y la capacidad económica para enfrentarse a una guerra sin precedentes. Agatocles volvió a Italia, organizó una guardia personal formada por samnitas, y tras eliminar a sus adversarios políticos, se convirtió en rey de Siracusa, hasta morir asesinado por su propio nieto Arcagato en el año 289 a.C. Cartago disfrutó este periodo de un liderazgo indiscutible de Sicilia a cambio de no invadir los territorios siracusanos.


La llegada de Pirro y Cartago como dueña de los mares


Poco después a Cartago se le presentaría otra oportunidad con la invasión romana de Campania, y la llegada de Pirro de Epiro por Taras y Siracusa para frenar a los romanos. El ambicioso Pirro llegó a Sicilia para expulsar a los cartagineses, en un intento de ganarse el favor de las poblaciones sicilianas que le veían como un conquistador más que un liberador, llegando a conquistar Palermo y Eryx, pero descubrió el complejo mapa geográfico siciliano para entablar una guerra, primando los asedios frente a las batallas a campo abierto, teniendo el mismo problema que los tiranos en el pasado.

Pirro tuvo que volver a Italia tras el fracaso del asedio de Lilibeo, y parar a los romanos en Italia, que amenazaban con cerrarle el paso en Campania. Siracusa se quedó sola a merced de los cartagineses, se había dejado claro que la era de los tiranos había pasado, y que Siracusa por si sola no podía hacer frente al gigante cartaginés.
"Pirro de Epiro luchando contra los romanos en Italia"

Pirro consiguió acorralar a los cartagineses en Lilibeo, iniciando un largo y costoso asedio que posiblemente llegó a costarle el conflicto. El ejército de Epiro, aunque mejor armado, disciplinado y de lo mejor de su época, no contaba con un factor importante, la moral. Los griegos se desmoralizaban con cada batalla, viendo que las exigencias de su comandante crecían al mismo que sus bajas en batalla. A pesar de no haber ganado importantes batallas a romanos y tener al ejército cartaginés retenido en Lilibeo, la situación se hizo insostenible para Pirro, que tras llegarle noticias de que en su tierra natal había problemas, decidió retirarse y abandonar a su suerte a sus aliados italianos.
"Invasión griega de Italia. Pirro de Epiro fue invitado a Sicilia por Siracusa para luchar contra el tradicional aliado de Roma, los cartagineses. Tras una serie de victorias contra los cartagineses en Lilibeo, Pirro no pudo controlar dos frentes abiertos en una campaña que empeoraba con la desconfianza de sus propios aliados sicilianos"

El fin de las Guerras Pírricas fraguó el dominio de dos grandes potencias: la aparición de un nuevo actor en Italia, la República Romana que conseguía tener acceso al mar desde la Magna Grecia, y participar del comercio que dominaban griegos y cartagineses. Y Cartago, convirtiéndose en la indiscutible principal potencia de Sicilia. El mundo griego comenzaría a desmoronarse, perdiendo su independencia en Italia, los Reinos de Sucesores demasiado ocupados frente a luchas entre ellos para preocuparse por el auge de Roma y Cartago, y Siracusa, sola frente a púnicos y romanos. Cartago aprovecharía cualquier escusa para quitarse de en medio a Siracusa y ejercer el pleno control sobre la isla, y con ello, el control del paso de Túnez, hecho que desencadenaría la Primera Guerra Púnica.

Bibliografía:


ANDREWES, A.; "The Greek Tyrants", Londres, 1958.

FREEMAN, Edward A., History of Sicily, Volume 1, pp. 283–297 

MANGAS, Julio; "Textos para la historia Antigua Grecia", Ediciones Cátedra S.A., Madrid, 1978.

WOODHEAD, A. G., "The Greek in the West", Londres, 1962




sábado, 14 de marzo de 2020

Los esclavos medievales: ganado con rostro humano

Introducción

Uno de los legados que enlaza la Antigüedad con la Edad Media es la esclavitud. La utilización de la mano de obra esclava aparecía como derecho natural, impuesto a los hombres por la estructura económica. La ausencia de un equipamiento técnico suficiente, el rigor de las obligaciones agrarias en una región mediterránea poco favorecida por sus condiciones naturales, un desarrollo urbano que reclamaba una gran masa de trabajadores poco cualificados, una estructura militar vigorosa que permitía las razias para abastecerse continuamente de rehenes de guerra, fueron las bases inevitables para este sistema.
Esclavos cortando marmol. Miniatura del De universo de Rabano Mauro (s. XI). Montecasino, archivo de la Abadía.

Hemos hablado de la herencia de la Antigüedad, y seguramente pensemos en griegos y romanos, o quizás nos abstraigamos a Oriente en este maremágnum de neuronas efervescentes que llamamos pensamiento, pero, la sociedad germánica también tenía este rasgo social, aunque en menor grado. Esto explicaría como, una vez instalados dentro del Imperio Romano, aceptaron una situación que ya les era familiar.

Los primeros siglos del Medievo nos ofrecen una imagen de la esclavitud persistente. No solo las masas de esclavos de los grandes latifundios ibéricos o italianos quedaron indemnes, sino que también las desgracias climáticas compensaron sin duda el parón de las guerras de conquista y las fructíferas razias. De hecho, la explotación de la gran propiedad implicaba el concurso de una fuerza de trabajo cuantiosa y fuertemente dependiente, sobre todo en la reserva (esa estructura típica de la curtis carolingia), en la parte del latifundio explotada directamente por el propietario gracias al trabajo de esclavos, los llamados servi o mancipia.
Escena con un esclavo lavándole los pies a su dueña. Miniatura del Tacuinum Sanitatis. Viena, Biblioteca Nacional de Austria.

Además, hay un gran contraste entre la presencia de esclavos domésticos en el interior de una casa aristocrática que nunca supone un problema, y la esclavitud comercial de corte clásico. En esta última forma el esclavo es utilizado en la producción como si se tratase de una herramienta y en el intercambio como una mercancía: es lícito traficar con él y explotarlo como mano de obra. De este modo, tampoco debemos olvidar la existencia de esclavos de tráfico mercantil. Pero, no son utilizados en el marco de una economía agraria y no constituyen la esencia de la mano de obra.
"Rogamos a nuestro señor Dios y al señor abad Hugo del dominio de Berzé con los siervos y siervas que viven en este patrimonio, sean libres o sean siervos. . ." (Una muestra de la dificultad que supone la terminología y sus implicaciones. Abadía de Cluny, 1062)

Desentrañando la figura del esclavo

¿Qué es un esclavo? Un esclavo es un hombre o mujer que a la vez es una mercancía, una herramienta o ganado. Su fuerza y energía se utilizan para actividades mecánicas, como pudiera ser accionar las muelas manuales para moler el cereal, o para cultivar la tierra. Los esclavos ocupan diversas funciones en el ámbito productivo. Hay esclavos domésticos dedicados al mantenimiento de la casa de su amo. Otros son destinados a la producción propiamente dicha. Pueden trabajar en grupo, bajo la dirección de un jefe, también esclavo. En el siglo IX, la mayor parte de los siervos son casati, no porque estuvieran casados (en el sentido actual), sino porque estaban instalados en tenencias.
Siervos trabajando su pequeña parcela de tierra.

Esclavo se nace: los hijos de una mujer no libre quedan automáticamente incorporados al estatuto de su madre. Aunque no obstante, los matrimonios mixtos eran frecuentes. Es un mecanismo que no podemos despreciar a la hora de cambiar de estatus social. Pero, en la mayoría de los casos, los propietarios procuraran que se mantenga la “subyugación hereditaria”, es decir, que el esclavo cambie de manos como un bien inmueble.

"Eginardo a su muy querida hermana, salvación eterna en el Señor.
Tu esclavo, de Makesbah, de nombre Wenilon, contrajo matrimonio con una mujer libre. Y temiendo ahora vuestra cólera, y la de su señor Albuino, se refugió en la iglesia de los santos Marcelino y Pedro. Por eso, solicito de vuestra caridad a fin de que os digneis a interceder en mi nombre delante de Albuino para que le sea permitido a este esclavo, con el consentimiento de Albuino y vuestro, retener a la mujer que ha tomado (por esposa). Deseo que disfruteis, como siempre, de buena salud"
(Cartas de Eginardo, 828-836)

A parte de los posibles malos tratos, el esclavo permanecía al margen de la humanidad, estaba socialmente muerto, no podía poseer nada como propio, ni bienes ni hijos. También le estaba vetada la institución matrimonial porque implica la estabilidad, fija una filiación y regula los problemas de propiedad. Aun así, desde el siglo IV, el esclavo tenía acceso a un tipo de matrimonio que suponía el reconocimiento de su familia y la estabilidad de su grupo doméstico, acceso a un peculio y en cierta medida puede acceder a la tierra, bajo una modalidad controlada. Ahora bien, ni tenían acceso a la justicia pública ni gozaban de ningún derecho político, ni tampoco podían acceder al sacerdocio.

"Según los decretos de los santos padres, hemos decidido que un cura no puede permitirse ordenar a un esclavo antes de que haya sido dado en completa libertad, para que una persona vil no pueda cumplir una función sacerdotal." (Fragmento del Concilio de Triburia, 895)
La actitud de la Iglesia frente al problema moral y económico de la esclavitud fue de inhibición cuando no de complacencia. Es cierto que los sacerdotes reprobaban el comercio, y censuraban la servidumbre de un hombre por su prójimo, que es su hermano a los ojos de Dios. Pero no eran más que voces piadosas, tímidas proclamas sin convencimiento, ya que denunciar la desaparición de este elemento fundamental, que sustentaba la pirámide social desde sus bases, hubiera supuesto un altibajo al principio de autoridad y jerarquía, de la que la Iglesia era su mayor garante. Así, pues, había que representar la esclavitud como un castigo y, como san Pablo, predicar la resignación y la esperanza a los desfavorecidos: claramente, un esclavo no podía ser capellán. Los clérigos suavizaron como pudieron las miserias de la servidumbre, pero nunca se opusieron con contundencia. Para san Agustín la esclavitud es justa: es la sanción de los pecados y, más exactamente, del pecado original. Está justificada y es normal que dicha sanción afecta algunos y no a todos. Isidoro de Sevilla, por su parte, ya observaba una depravación inherente en el esclavo, como que eran personas que por su naturaleza se lo merecían.

Con todo, aunque la esclavitud se vio revitalizada entre los siglos V y VII, el número de esclavos ya no era tan grande como lo fue en siglos anteriores. En el descenso del volumen de esclavos se combinan dos factores: uno militar, al rebajarse el aprovisionamiento de prisioneros de guerra dada la estabilidad de las monarquías germánicas; otro económico, derivado de la baja rentabilidad de la esclavitud en el contexto de un nuevo período.

El derecho de guerra, efectivamente, convertía a cualquier cautivo, hasta incluso de alto rango, en un esclavo. Pero, con el advenimiento de los carolingios cesan las guerras locales y se interrumpe una parte del flujo de prisioneros o, puede ser, que cambiase su naturaleza. La deportación masiva de sajones forma parte de este flujo y constituye, hasta incluso, el principal motivo. Como Occidente está a la defensiva a partir del reinado de Luis el Piadoso, ya no es posible alimentar regularmente el stock de esclavos a través de nuevas conquistas.
Las rutas esclavistas entre los siglos VIII y XI.

A medida que se iba debilitando el comercio, este “ganado servil” comenzó a perder interés. Esta debilidad se frenó un poco entre los siglos V y VI. El comercio prosiguió y, hasta incluso, tuvo cierto auge en el siglo IX, a partir de las incursiones carolingias en Bohemia y la zona del Elba, donde fueron capturados algunos “eslavos”, el nombre que luego se extrapola a todo aquel sujeto a esta condición infame, y otro cuando las incursiones vikingas llenaron los mercados de prisioneros irlandeses, flamencos y polacos. Por otro lado, hay un tráfico interno provocado por la miseria: un padre, por ejemplo, puede vender a sus hijos para poder comer. Tengamos en cuenta que tampoco estaba prohibido venderse o “darse” uno mismo. De hecho, existen condenas judiciales que acababan con la pérdida de la libertad.

"Yo, Bereterio, me pongo la cuerda en el cuello y me entrego a las manos y al poder de Alerio y su mujer Ermengarta para que, desde este dia, haga de mi persona y de mi descendencia lo que le plazca, como también vuestros herederos, con poder de retenerme, venderme, donarme o emanciparme, y a fin de que, si un día decidiera librarme de vuestro servicio, vos o vuestros enviados, puedan detenerme como harían con uno de vuestros esclavos de origen." (Abadía de Cluny, 887)


No obstante, la reculada de la esclavitud tiene más que ver con su función económica que no con las eventualidades de su adquisición. Al fin y al cabo, mantener grandes efectivos de esclavos era caro (había que alimentarlos; y un esclavo infante, enfermo o cansado era inútil a la vez que costoso), y solo generaban beneficios en una economía de intercambios, comercial, dinámica. Pero, en la medida en la cual, a partir del siglo V, la economía de mercado perdía importancia a favor del autoconsumo. Además, el hombre y la mujer esclavizados producían poco y trabajaban mal. Cuando el esclavo, que vivía en casa de su amo, no podía ser reemplazado con facilidad, la solución para que trabajase más, comiese mejor y se alimentase a sí mismo y a sus hijos era darle un pedazo de tierra a cambio de una renta. Los esclavos liberados, dotados de una explotación, se llamaban servi casati (ahora sí, un término en su doble perspectiva de casado, de fundar una familia, y de tener una casa propia).

Conclusión

En efecto, entre los siglos VIII y IX se empieza a atisbar una formación progresiva en Occidente de una  nueva categoría, que no se puede asimilar del todo con la esclavitud antigua. Ni las cargas individuales, ni el estatuto moral o jurídico, ni la parte numérica de este grupo social en la población no coinciden con la esclavitud romana.

Para explicar la aparición de los siervos, se ha querido argumentar una gran cantidad de factores: una necesidad de protección, que aumenta por las dificultades económicas o por el peligro, lleva a la servidumbre a todos aquellos que no cuentan con recursos, los débiles, los arruinados, las viudas. Será este sentimiento generalizado de búsqueda de seguridad lo que conduzca, sin lugar a duda, a muchos campesinos libres, convertidos en propietarios o colonos, a aceptar las más pesadas cargas agrarias a cambio de la estabilidad en su propiedad hereditaria.
Representación de unos siervos de la gleba (s. XIV) segando el trigo mientras reciben instrucciones.

El grupo que probablemente aportó un contingente mayor a las filas de estos nuevos siervos fue, como hemos señalado antes, el de los colonos, debido a la degradación originaria de su estatus. Muchas veces bastaba con que un hombre libre se instalase en una propiedad considerada servil para caer en servidumbre.

En el siglo IX, el siervo no tiene un estatus humillante hasta el punto de impedirle el acceso a la posesión de la tierra que trabaja y de la cual puede disponer, es decir, puede comprarla y venderla. Las transacciones que los siervos realizaron entre ellos tenían que ser confirmadas por el propietario. La transferencia de la tierra de un grupo de siervos a otro solo tenía efecto y validez si la tierra se consideraba como perteneciente a un propietario, en el sentido que pase de manos de un propietario a otro. Aunque el siervo era el propietario nominal o teórico del bien territorial, no ejercía el derecho práctico.

No obstante, los esclavos continuaron siendo un sector básico de la economía agraria de la Alta Edad Media. Pero, lo que cabe remarcar, como conclusión, es que las diferencias jurídicas entre hombres y esclavos ya no van a ser decisivas como lo fueron en época romana.

Fdd. Remus Okami

Bibliografía


- BONASSIE, P.: Del esclavismo al feudalismo en la Europa occidental. Ed. Crítica. Barcelona. 1993
- HEERS, J.: Esclavos y sirvientes en las sociedades mediterráneas durante la Edad Media. Ed. Alfons el Magnánim. Valencia. 1989
- PHILIPS, W. D. jr.: La esclavitud desde la época romana hasta los inicios del comercio transatlántico. Madrid: Siglo XXI. 1989
- HERNANDO, J.: Els esclaus islàmics a Barcelona: blancs, negres, llors i turcs. De l'esclavitud a la llibertat (segle XIV). CSIC. Barcelona. 2003

viernes, 13 de marzo de 2020

FALL WEISS

Imagen icónica sobre la invasión de Polonia a comienzos de la II G.M en la que soldados alemanes de la Wehrmatch destruyen el puesto fronterizo polaco-alemán.

La hora más gloriosa


La invasión de Polonia fue uno de los momentos más tensos y complejos de la historia contemporánea. Marcó el inicio del conflicto más sangriento conocido, que cambió la historia para siempre. El desenlace parecía inevitable, no lo negaremos, pero fue resultado de malas decisiones políticas de consecuencias impactantes a largo plazo.

El arma automática polaca RKM wz.28, resultó ser avanzado para su tiempo, basado en la Browning estadounidense (BAR)”.

A finales de marzo de 1939, Hitler, presentó sobre las mesas de la Wehrmacht la “cuestión polaca” para una solución militar. La Unión Soviética en acuerdos de apoyo mutuo con Francia, tuvo como obstáculo la desconfianza polaca en dejarles pasar a su propio territorio, para ayudar a Checoslovaquia. Era normal que los polacos desconfiasen de los soviéticos, debido a las exigencias de Stalin en la Sociedad de Naciones de la vuelta de los antiguos territorios biolorrusos y ucranianos que se había quedado Polonia tras su victoria en 1922. El fracaso que supuso la Conferencia de Munich de 1938 al dejar indefensa Checoslovaquia, y el desinterés de Reino Unido de luchar una guerra contra Alemania, invadieron pensamientos de discrepancias y enfados por parte de Stalin hacia las impotentes potencias aliadas.

“La mayoría del equipo polaco se basaba en licencias extranjeras de países como Suecia, Reino Unido y Francia. Pero también fabricaron modelos nacionales como los morteros wz. 36 de 46 mm”

La URSS supuso que tendría que luchar contra Hitler por su propia cuenta, y por ello tendría que negociar un pacto que evitase un enfrentamiento prematuro con Alemania que permitiese a Hitler luchar contra los soviéticos sin que Reino Unido y Francia se lo impidiese. Por ello, el Pacto Ribbentrop-Molotov, garantizaba que dos adversarios antológicos pudieran guardar sus respectivas retaguardias para prepararse a una guerra a largo plazo.

 "Fotografía realizada el 23 de agosto de 1939 días antes de la Operación Fall Weiss, el Pacto de No Agresión entre la URSS y el Tercer Reich, donde podemos ver a la izquierda, al ministro de Asuntos Exteriores nazi Ribbentrop, junto a Stalin a su derecha, viendo como firma el ministro soviético Molotov."


Hitler tenía previsto comenzar la guerra el 26 de agosto de 1939, pero el anuncio de Inglaterra de socorrer a Polonia en caso de agresión, lo pospuso. El acorazado Schleswig-Holstein fue el primero en disparar a las 4:00 del 1 de septiembre de 1939, destruyendo parte de la guarnición polaca de Westerplatte. Los polacos se movilizaron en torno a 700.000, insuficientes según las previsiones del mando polaco. La flota polaca fue hundida por parte de la aviación alemana, a tan solo 45 minutos de estallar la guerra. La Segunda Guerra Mundial había comenzado.

Los mitos sobre el ejército polaco


Si hay una figura que le deba su existencia al ejército polaco, ese es Josef Pilsudski, el jefe de estado hasta 1935, creando un ejército de la nada, basado en el modelo francés. Pilsudski supo crear ciertos cuerpos de instrucción para generar oficiales de mayor experiencia, con la ayuda de colaboradores franceses.

Los polacos han sido objeto de crítica por sus fuertes vínculos con el ejército francés y se le ha achacado su fracaso erróneamente por sus vínculos con Francia. Como podemos demostrar, no tiene nada que ver lo uno con lo otro. Los polacos se basaron en su experiencia de combate de 1920 contra los soviéticos, completamente diferente de la guerra de trincheras de la Primera Guerra Mundial. Los franceses se basaban en una tradición de batalla metódica, es decir, coordinación de las unidades, la artillería y blindados bajo un liderazgo centralizado, mientras que la cultura militar polaca se basaba en el pensamiento de Pilsudski de la improvisación y adaptación.

"El general polaco Smigly-Rydz junto al general y Jefe del Estado Mayor francés Maurice Gamelin"

Polonia contaba con muy buenos generales como Rydz-Smigly y Kutrzeba, el mismo que originó el Plan Oeste, y pieza clave la contraofensiva de Bzura. Pero el culto a la improvisación, la falta de presupuesto para renovar el material militar y el débil sistema de mando que no podía competir contra el sistema de radio alemán, iba a jugarles una mala racha.

Caballeros de Acero


"El Panzer 38 (t) fue uno de los mejores diseños de Skoda antes de la ocupación alemana de Checoslovaquia. La industria checa propició una reserva fresca de estos blindados que fueron esenciales en las invasiones de Polonia y Francia durante la II Guerra Mundial"

Los alemanes y los soviéticos fueron los primeros visionarios en emplear los nuevos prototipos de tanques en las maniobras de infantería. La creciente amenaza, provocó que Polonia adoptara en 1936 el Plan Z, uno de los más ambiciosos de la época. Para que el plan funcionase el ejército polaco debía estar movilizado al completo. Se preveía que Alemania atacaría antes de que la movilización se completase y que parte del ejército polaco sucumbiría antes de que la movilización se completara al 100%. Por lo que se pensó que debía hacerse una retirada continua pero lenta (para dar tiempo a Francia atacar Alemania), hasta las líneas fijadas de los ríos centrales del país, y resistir donde las fortificaciones les garantizaban una mayor seguridad.

Polonia no tuvo el tiempo necesario para rearmarse de blindados, el préstamo francés de 1936 sólo pudo ofrecer unos cuantos R-35 (49), en vez del poderoso Somua S-35, por miedo a filtraciones. Los polacos adaptaron ejemplares del Vickers E de doble torreta, equipado con ametralladoras (30), una reconversión de coches blindados wz. 29 y 34 (95), y en mayor número, las Tanquetas TK y TKS.


"Las tanquetas, pese a su aparente obsolescencia, sirvieron para emboscar varias patrullas y escuadras blindadas, equipadas con cañones, el propio comandante Roman Orlik destruyó una patrulla panzer. Las TKS apoyaron un flanqueo derecho al avance del 11º Regimiento Panzer que provocó la destrucción de siete carros."

Las panzerwaffe alemanas son la evolución del ejército alemán desde 1934 gracias al padre de las modernas fuerzas militares alemanas, Hans von Seeckt. Los primeros batallones se formaron en torno a las unidades del Panzer I. Gudieran consiguió reunir en torno 538 panzers antes del estallido de la guerra, siendo la mayoría los modelos I y II, reforzados por los tanques checos Panzer 35 (t), y un número inferior de Panzer III y IV, siendo estos considerados los futuros modelos estándares de la panzerwaffe.

La mayoría se organizaron en cinco divisiones panzer y otras cuatro ligeras para la Operación Fall Weiss. El protagonista de 1939 no es otro que el Pzkpfw II, el más numeroso, cuyo modelo se empleó para introducir cañones autopropulsados como el Wespe y otros carros armados con el Pak 40, como el Marder II. El Pzkpfw II fue un carro de combate ligero que proporcionaba apoyo a la infantería en los ataques a las líneas polacas.

Los combates blindados que sucedieron, sobre todo en el ataque frustrado de Varsovia del 4º Ejército Panzer, fueron en menor escala y con algunas acciones blindadas poco destacables. Los Panzer I demostraron ser poco útiles, y tan sólo en la campaña polaca se perdieron 89 unidades.

El asalto a Varsovia


El 8 y 9 de Septiembre, la Wehrmacht lanzó su primer ataque a la capital polaca. Tras realizar una marcha forzosa de unos 60 kilómetros desde Rawa Mazowiecka, la 4º División Panzer sufría de una serie de inconvenientes que le pasarían factura: la falta de equipo, compuesta por reservistas sin experiencia, y regimientos motorizados con apenas algunos camiones y con falta de semiorugas. La división fundada en 1938 y compuesta por soldados de Baviera, sufrió una auténtica humillación en Varsovia.

El primer asalto se efectuó con el primer grupo de asalto en Ochota, encontrándose las carreteras obstruida por varios elementos,  con cierta resistencia dentro de los edificios, y hostigados por la artillería ubicada en el distrito de Mokotow. El principal fallo del ejército de Hans Reinhardt fue proceder con los tanques para efectuar un rodeo por la ciudad, dejando a la infantería expuesta y sin apoyo alguno.

"El Castillo Real de Varsovia en llamas tras un bombardeo de la aviación alemana. La mayor parte del patrimonio histórico polaco quedo seriamente dañado o totalmente destruido tras la Segunda Guerra Mundial"

Lo que prometía un simple paseo por la ciudad, se convirtió en una pesadilla en menos de treinta minutos. Los polacos se pertrecharon con cuatro divisiones de infantería en los barrios de Mokotow, el aeródromo y cerca del distrito de Wola. Se perdieron muchos tanques alemanes, y el segundo grupo no supo avanzar hasta los suburbios interiores. La desinformación fue el peor enemigo de los alemanes, muchas previsiones fallaron, sobre todo pensar que la moral de los polacos estaba por los suelos y que planeaban retirarse hacia el este de Vistula con el resto de ejércitos de Poznán y Lodz, con la esperanza de alcanzarlos y destruirlos.

La precipitación de la operación fue por parte de Hitler en su insistencia de acabar con Polonia antes de que Reino Unido y Francia supieran reaccionar y ayudarles. Los polacos solo se molestaron en aplicar un fuego continuo y esporádico contra los invasores, aunque no impidió que los alemanes se reagrupasen para realizar un segundo asalto.


"Panzer IV Aust A. en uno de los barrios de Varsovia. Como se puede ver, la Cruz Balcánica Blanca fue la insignia del Ejército alemán al comienzo de la Operación Falls Weiss. Se pintaría posteriormente una cruz negra en su interior que daría lugar a la icónica cruz de la Werhmtacht"

En la planificación del segundo asalto, Reinhardt descubrió que las defensas polacas no eran tan duras como aparentaban y que en cierto modo estaban limitadas. Se esperó al día 9 con la llegada de la artillería, que abrieron fuego a las 7:00 de la mañana. Al igual que el día anterior, los alemanes sufrieron numerosas bajas en su avance por el interior, al encontrase a los polacos pertrechados en los edificios. Sin embargo, la artillería alemana servía como fuego de cobertura y apoyo, y desgastaba las cada vez más menguadas fuerzas polacas.

Algo que merece mencionarse, era que parte de la artillería ligera se posicionaba a campo abierto y dejándose expuestas como blancos visibles para el fuego enemigo. esto supuso uno de los motivos por los que el alto mando alemán introduciría al ejércitos los cañones de asalto blindados como el famoso Stug III.

El ataque parecía fracasar de nuevo, el 35º Regimiento Panzer que estaba cerca de lograr llegar a la Estación Central de Varsovia, tuvo que retroceder y abandonar el terreno ganado. La reserva fue movilizada para sustituir a las tropas que se retiraban, pero recibieron un fuego incansable de las baterías de artillería polacas. Esto degeneró una dispersión de unidades que quedaban vulnerables ante los polacos, acciones individuales sin planteamiento estratégico, y la desesperación de algunas unidades que intentaban huir de aquel desastre.

"Grupo de civiles polacos cavando trincheras dentro de la propia ciudad de Varsovia ante el inminente asalto alemán."

El fracaso del 4º Ejército Panzer en la toma de Varsovia dejaba expuestas algunos defectos del ejército alemán. Las teorías de la Guerra Relámpago aún estaban en pañales, y la coordinación de unidades no estaba tan desarrollada en 1939. La Werhmacht experimentó que las unidades acorazadas en centros urbanos no eran eficaces. Este problema se volvió a dar en la Unión Soviética, donde la toma de centros urbanos se hacía crucial en el avance operacional, sufriendo numerosas bajas. Mientras que en Francia, cuando los alemanes aprendieron esta lección, evitaron en su medida intervenir en las ciudades, que tenían poca relevancia estratégica en el frente y los tanques pudieron efectuar sus funciones en campos abiertos.


El avance alemán y la contraofensiva del Bzura


La fuerza de asalto alemana de los ejércitos sur de von Rundstedt habían logrado pasar por encima del ejército de Krakow y Lodz, envolviendo a las fuerzas polacas cerca del río Warta y llegando hasta Varsovia, tal como caracterizaba la doctrina prusiana del propio Rundstedt sobre el envolvimiento de unidades enemigas.

Durante este tiempo del comienzo de la guerra, se dio uno de los episodios más controvertidos y mitificados de la II Guerra Mundial. En el 1 de septiembre, el ejército de Pomorze consistía en un grupo de defensa en “apariencias. Consiste en que su desempeño es de imagen y no estratégico, por el interés polaco de presentar resistencia en la zona de Pomerania para evitar el suceso de los Sudetes en Checoslovaquia. Tras la retirada de algunas unidades polacas, el jefe del 18º Regimiento de Lanceros, el coronel Mastelarz, realizó una incursión tras las líneas enemigas con caballería montada.

"Caballería polaca cargando contra las líneas enemigas antes des ser aniquilados"

La infantería alemana se quedó en shock con tal espectáculo que recordaba a las antiguas guerras, al ver a los polacos cargar con sables como en las guerras napoleónicas. Las ametralladoras alemanas aniquilaron aquella valerosa pero inútil carga de caballería, muriendo los 20 jinetes junto con su comandante. A la mañana siguiente, la prensa italiana de guerra llegó al lugar tras recibir el permiso de los alemanes, fotografiando la zona y recreando un relato falso en cuya imaginación, los jinetes polacos muertos en el suelo, formaron parte de una gran oleada de caballería que cargó con lanzas a los tanques alemanes, confirmado por el mismo Steven Zaloga.

En las operaciones aéreas los principales objetivos fueron los aeródromos polacos. El protagonista de tales acciones, el Ju 87 “Stuka” convirtió Polonia en su campo de recreo favorito para probar sus explosivos. El Henschel Hs 126 provocaba estragos a la indefensa infantería polaca. Poco podía hacerse con la mal equipada fuerza aérea polaca, con modelos como el PZL P.11, un buen avión, pero ineficaz contra la moderna aviación alemana. Los pilotos polacos demostraron ser de los mejores al pilotar aviones inferiores y causar algunas serias bajas a los alemanes antes de ser derribados, por lo que merece la pena resaltar todo su mérito. Cinco días después del estallido de la guerra, Polonia se había quedado sin la mitad de sus aviones.

La contraofensiva polaca de Bzura, consistía en aprovechar parte de las reservas del ejército en ayudar a la defensa de la capital para romper el ataque alemán de la misma. Los historiadores piensan que si el contrataque se hubiera llevado antes, habría comprometido el avance los ejércitos sur alemanes.

Los polacos entablaron duros combates que se vieron prontamente superados por las mejor equipadas y numerosas unidades de la Werhmacht. Polonia se desesperaba al ver la inactividad de Francia y Reino Unido, ya que parte de su plan consistía en hacer una fiera defensa de su territorio para que Francia pudiera lanzar un contrataque, cosa que se planeó junto con el Alto Mando francés, pero lo que no sabían los polacos, es que los franceses, habían cambiado de opinión y no pensaban realizar ningún movimiento.

"En la Batalla de Molka, apareció un tren blindado que bombardeó a los panzer alemanes, compuestos de dos vagones artillados, con un cañón y ametralladoras cada uno. A pesar de causar grandes bajas a los tanques alemanes, pronto se vieron destruidos por la aviación alemana."

La reacción alemana fue rápida, aprendieron pronto de sus fracasos de hace unos días, y los implementaron en Bzura. Los panzer coordinaron fuerzas junto con la infantería, y la Luftwaffe respondió el 16 de septiembre con 328.000 kg de bombas. Lo que estaban experimentando los polacos ese mismo momento, era lo que se conocería como “Blitzkrieg”, Guerra Relámpago, aún en pañales, pero por fin, los alemanes habían descubierto como emplearla en la práctica.

El fin de toda esperanza


"Infantería alemana dejando paso libre a dos unidades blindadas soviéticas T-26"


Los polacos habían resistido ferozmente, pero solos ante los alemanes y con el Alto Mando poco cohesionado para dirigir un frente como aquel aislados de sus unidades, demostró no ser suficiente. En cuanto la contraofensiva fracasó, los alemanes se reagruparon y movilizaron a su infantería para volver atacar Varsovia, estaba vez, se asegurarían de que finalmente cayera.

El 3º Ejército lanzó ataques desde el norte, tres días después, el ejército polaco de Poznan se retiraba desde el fracaso de Bzura hacia la capital. El 25 de Septiembre tuvo lugar el llamado “Lunes Negro”, en el cual la Luftwaffe realizó una serie de bombardeos junto con ataques de artillería para destruir la ciudad, ocasionando bajas polacas como alemanas, que no les había dado tiempo a retirarse a tiempo.
Los polacos confiaron que aunque cayera la capital, el plan seguía en marcha. Las posiciones se trasladarían al río Vístula junto con las fortificaciones donde los alemanes lo tendrían más difícil, sus reservas estaban movilizándose, pero ocurrió algo inesperado. El ejército del norte polaco había sido incapaz de frenar al 1º Ejército Panzer de Prusia Oriental, comprometiendo el sector oriental del Vístula. El Ejército de Rundstedt avanzaba desde el sur, comprometiendo a su vez los ejércitos atrapados que acabarían siendo rodeados.
"Soldados alemanes ejecutando prisioneros polacos tras su rendición"

El 17 de septiembre, los polacos pronto vieron acabadas sus esperanzas. El Ejército Rojo atravesó la frontera para “proteger a la población bielorrusa y ucraniana del conflicto”. Este hecho conmocionó no sólo a Polonia, sino a las potencias aliadas ausentes. Lo que no sabían es que en el pacto de no agresión, se efectuó una división del territorio polaco en dos aéreas de ocupación, los soviéticos ocuparías aquellos territorios que perdieron en 1922.
"Oficial alemán saludando a un comandante soviético de un BT-7. A pesar de lo que se cree de que no hubo tensiones entre los alemanes y los soviéticos, la verdad es que la mayoría de casos hubo muchísima tensión entre algunas brigadas como algunas situaciones como la de esta foto en la que se respetaba el protocolo militar con respeto entre ambos."

Algunos oficiales ordenaban a sus unidades que no dispararan a los soviéticos si éstos no interferían en la retirada a la cabeza de puente rumana. Pero esta orden no llegó a todo el mundo, por lo que algunas brigadas abrieron fuego sobre los soviéticos y éstos contestaron también.

Los soviéticos demostraron lo frágil que fue su organización y respuesta a la situación, cuando no pudieron evitar que tropas polacas huyeran a Hungría y Rumania. Las fuerzas soviéticas a su vez, permitieron acortar la campaña alemana, y capturaron casi 452.000 soldados polacos. Los alemanes sufrieron en Polonia inconveniencias y problemas de sus fuerzas panzer, que aprendieron de ellos a tiempo para aplicarlo en Francia de mejor manera. Pese a la capitulación del 6 de octubre, los polacos no desaparecieron de los combates de la II Guerra Mundial, y participarían en las fuerzas de los Aliados y de la Unión Soviética frente a la Alemania Nazi para liberar su patria.

Bibliografía:


DI NARDO, R. L.; “Germany´s Panzer Arm”, Mechanicsburg, Stackpole, 2006.

J. ZALOGA, Steven; “La Invasión de Polonia. Blitzkrieg”, Ediciones RBA, Osprey Publishing, Barcelona, 2007.

PORTER, David; “Tanques de los Aliados Occidentales 1939-1945”, Ediciones Libsa, Madrid, 2012.

TÖPPEL, Roman; “El desarrollo del arma y la doctrina panzer” de “Panzer, Volumen 1, el triunfo de la Blitzkrieg”, Desperta Ferro, Madrid, 2017.

WETTSTEIN, Adrian; “El ataque de la 4º División Panzer sobre Varsovia, 8 y 9 de septiembre de 1939”, de “Panzer, Volumen 1, el triunfo de la Blitzkrieg”, Miliärakademia an der ETH Zürich, Desperta Ferro, Madrid, 2017.