Imagen icónica sobre la invasión de Polonia a comienzos de la II G.M en la que soldados alemanes de la Wehrmatch destruyen el puesto fronterizo polaco-alemán. |
La hora más gloriosa
La invasión de Polonia
fue uno de los momentos más tensos y complejos de la historia contemporánea.
Marcó el inicio del conflicto más sangriento conocido, que cambió la historia
para siempre. El desenlace parecía inevitable, no lo negaremos, pero fue
resultado de malas decisiones políticas de consecuencias impactantes a largo
plazo.
El arma automática
polaca RKM wz.28, resultó ser avanzado para su tiempo, basado en la Browning
estadounidense (BAR)”.
A finales de marzo de
1939, Hitler, presentó sobre las mesas de la Wehrmacht la “cuestión polaca”
para una solución militar. La Unión Soviética en acuerdos de apoyo mutuo con
Francia, tuvo como obstáculo la desconfianza polaca en dejarles pasar a su
propio territorio, para ayudar a Checoslovaquia. Era normal que los polacos
desconfiasen de los soviéticos, debido a las exigencias de Stalin en la
Sociedad de Naciones de la vuelta de los antiguos territorios biolorrusos y
ucranianos que se había quedado Polonia tras su victoria en 1922. El fracaso
que supuso la Conferencia de Munich de 1938 al dejar indefensa Checoslovaquia,
y el desinterés de Reino Unido de luchar una guerra contra Alemania, invadieron
pensamientos de discrepancias y enfados por parte de Stalin hacia las
impotentes potencias aliadas.
“La
mayoría del equipo polaco se basaba en licencias extranjeras de países como
Suecia, Reino Unido y Francia. Pero también fabricaron modelos nacionales como
los morteros wz. 36 de 46 mm”
La URSS supuso que
tendría que luchar contra Hitler por su propia cuenta, y por ello tendría que
negociar un pacto que evitase un enfrentamiento prematuro con Alemania que
permitiese a Hitler luchar contra los soviéticos sin que Reino Unido y Francia
se lo impidiese. Por ello, el Pacto Ribbentrop-Molotov, garantizaba que dos
adversarios antológicos pudieran guardar sus respectivas retaguardias para
prepararse a una guerra a largo plazo.
Hitler tenía previsto
comenzar la guerra el 26 de agosto de 1939, pero el anuncio de Inglaterra de
socorrer a Polonia en caso de agresión, lo pospuso. El acorazado
Schleswig-Holstein fue el primero en disparar a las 4:00 del 1 de septiembre de
1939, destruyendo parte de la guarnición polaca de Westerplatte. Los polacos se
movilizaron en torno a 700.000, insuficientes según las previsiones del mando
polaco. La flota polaca fue hundida por parte de la aviación alemana, a tan
solo 45 minutos de estallar la guerra. La Segunda Guerra Mundial había
comenzado.
Los mitos sobre el ejército polaco
Si hay una figura que
le deba su existencia al ejército polaco, ese es Josef Pilsudski, el jefe de
estado hasta 1935, creando un ejército de la nada, basado en el modelo francés.
Pilsudski supo crear ciertos cuerpos de instrucción para generar oficiales de
mayor experiencia, con la ayuda de colaboradores franceses.
Los polacos han sido
objeto de crítica por sus fuertes vínculos con el ejército francés y se le ha
achacado su fracaso erróneamente por sus vínculos con Francia. Como podemos
demostrar, no tiene nada que ver lo uno con lo otro. Los polacos se basaron en
su experiencia de combate de 1920 contra los soviéticos, completamente
diferente de la guerra de trincheras de la Primera Guerra Mundial. Los
franceses se basaban en una tradición de batalla metódica, es decir,
coordinación de las unidades, la artillería y blindados bajo un liderazgo
centralizado, mientras que la cultura militar polaca se basaba en el
pensamiento de Pilsudski de la improvisación y adaptación.
"El general polaco Smigly-Rydz junto al general y Jefe del Estado Mayor francés Maurice Gamelin"
Polonia contaba con muy
buenos generales como Rydz-Smigly y Kutrzeba, el mismo que originó el Plan
Oeste, y pieza clave la contraofensiva de Bzura. Pero el culto a la
improvisación, la falta de presupuesto para renovar el material militar y el
débil sistema de mando que no podía competir contra el sistema de radio alemán,
iba a jugarles una mala racha.
Caballeros de Acero
"El Panzer 38 (t) fue uno de los mejores diseños de Skoda antes de la ocupación alemana de Checoslovaquia. La industria checa propició una reserva fresca de estos blindados que fueron esenciales en las invasiones de Polonia y Francia durante la II Guerra Mundial"
Los alemanes y los
soviéticos fueron los primeros visionarios en emplear los nuevos prototipos de
tanques en las maniobras de infantería. La creciente amenaza, provocó que
Polonia adoptara en 1936 el Plan Z, uno de los más ambiciosos de la época. Para
que el plan funcionase el ejército polaco debía estar movilizado al completo.
Se preveía que Alemania atacaría antes de que la movilización se completase y
que parte del ejército polaco sucumbiría antes de que la movilización se
completara al 100%. Por lo que se pensó que debía hacerse una retirada continua
pero lenta (para dar tiempo a Francia atacar Alemania), hasta las líneas
fijadas de los ríos centrales del país, y resistir donde las fortificaciones
les garantizaban una mayor seguridad.
Polonia no tuvo el
tiempo necesario para rearmarse de blindados, el préstamo francés de 1936 sólo
pudo ofrecer unos cuantos R-35 (49), en vez del poderoso Somua S-35, por miedo
a filtraciones. Los polacos adaptaron ejemplares del Vickers E de doble torreta,
equipado con ametralladoras (30), una reconversión de coches blindados wz. 29 y
34 (95), y en mayor número, las Tanquetas TK y TKS.
"Las
tanquetas, pese a su aparente obsolescencia, sirvieron para emboscar varias
patrullas y escuadras blindadas, equipadas con cañones, el propio comandante
Roman Orlik destruyó una patrulla panzer. Las TKS apoyaron un flanqueo derecho
al avance del 11º Regimiento Panzer que provocó la destrucción de siete carros."
Las panzerwaffe alemanas son la evolución del ejército alemán desde
1934 gracias al padre de las modernas fuerzas militares alemanas, Hans von
Seeckt. Los primeros batallones se formaron en torno a las unidades del Panzer
I. Gudieran consiguió reunir en torno 538 panzers antes del estallido de la
guerra, siendo la mayoría los modelos I y II, reforzados por los tanques checos
Panzer 35 (t), y un número inferior de Panzer III y IV, siendo estos
considerados los futuros modelos estándares de la panzerwaffe.
La mayoría se
organizaron en cinco divisiones panzer y otras cuatro ligeras para la Operación
Fall Weiss. El protagonista de 1939
no es otro que el Pzkpfw II, el más numeroso, cuyo modelo se empleó para
introducir cañones autopropulsados como el Wespe y otros carros armados con el
Pak 40, como el Marder II. El Pzkpfw II fue un carro de combate ligero que
proporcionaba apoyo a la infantería en los ataques a las líneas polacas.
Los combates blindados
que sucedieron, sobre todo en el ataque frustrado de Varsovia del 4º Ejército
Panzer, fueron en menor escala y con algunas acciones blindadas poco
destacables. Los Panzer I demostraron ser poco útiles, y tan sólo en la campaña
polaca se perdieron 89 unidades.
El asalto a Varsovia
El 8 y 9 de Septiembre,
la Wehrmacht lanzó su primer ataque a la capital polaca. Tras realizar una
marcha forzosa de unos 60 kilómetros desde Rawa Mazowiecka, la 4º División
Panzer sufría de una serie de inconvenientes que le pasarían factura: la falta
de equipo, compuesta por reservistas sin experiencia, y regimientos motorizados
con apenas algunos camiones y con falta de semiorugas. La división fundada en
1938 y compuesta por soldados de Baviera, sufrió una auténtica humillación en
Varsovia.
El primer asalto se
efectuó con el primer grupo de asalto en Ochota, encontrándose las carreteras
obstruida por varios elementos, con
cierta resistencia dentro de los edificios, y hostigados por la artillería
ubicada en el distrito de Mokotow. El principal fallo del ejército de Hans
Reinhardt fue proceder con los tanques para efectuar un rodeo por la ciudad,
dejando a la infantería expuesta y sin apoyo alguno.
"El Castillo Real de Varsovia en llamas tras un bombardeo de la aviación alemana. La mayor parte del patrimonio histórico polaco quedo seriamente dañado o totalmente destruido tras la Segunda Guerra Mundial"
Lo que prometía un
simple paseo por la ciudad, se convirtió en una pesadilla en menos de treinta
minutos. Los polacos se pertrecharon con cuatro divisiones de infantería en los
barrios de Mokotow, el aeródromo y cerca del distrito de Wola. Se perdieron
muchos tanques alemanes, y el segundo grupo no supo avanzar hasta los suburbios
interiores. La desinformación fue el peor enemigo de los alemanes, muchas
previsiones fallaron, sobre todo pensar que la moral de los polacos estaba por
los suelos y que planeaban retirarse hacia el este de Vistula con el resto de
ejércitos de Poznán y Lodz, con la esperanza de alcanzarlos y destruirlos.
La precipitación de la
operación fue por parte de Hitler en su insistencia de acabar con Polonia antes
de que Reino Unido y Francia supieran reaccionar y ayudarles. Los polacos solo
se molestaron en aplicar un fuego continuo y esporádico contra los invasores,
aunque no impidió que los alemanes se reagrupasen para realizar un segundo asalto.
"Panzer IV Aust A. en uno de los barrios de Varsovia. Como se puede ver, la Cruz Balcánica Blanca fue la insignia del Ejército alemán al comienzo de la Operación Falls Weiss. Se pintaría posteriormente una cruz negra en su interior que daría lugar a la icónica cruz de la Werhmtacht"
En la planificación del segundo asalto, Reinhardt descubrió que las defensas polacas no eran tan duras como aparentaban y que en cierto modo estaban limitadas. Se esperó al día 9 con la llegada de la artillería, que abrieron fuego a las 7:00 de la mañana. Al igual que el día anterior, los alemanes sufrieron numerosas bajas en su avance por el interior, al encontrase a los polacos pertrechados en los edificios. Sin embargo, la artillería alemana servía como fuego de cobertura y apoyo, y desgastaba las cada vez más menguadas fuerzas polacas.
"Panzer IV Aust A. en uno de los barrios de Varsovia. Como se puede ver, la Cruz Balcánica Blanca fue la insignia del Ejército alemán al comienzo de la Operación Falls Weiss. Se pintaría posteriormente una cruz negra en su interior que daría lugar a la icónica cruz de la Werhmtacht"
En la planificación del segundo asalto, Reinhardt descubrió que las defensas polacas no eran tan duras como aparentaban y que en cierto modo estaban limitadas. Se esperó al día 9 con la llegada de la artillería, que abrieron fuego a las 7:00 de la mañana. Al igual que el día anterior, los alemanes sufrieron numerosas bajas en su avance por el interior, al encontrase a los polacos pertrechados en los edificios. Sin embargo, la artillería alemana servía como fuego de cobertura y apoyo, y desgastaba las cada vez más menguadas fuerzas polacas.
Algo
que merece mencionarse, era que parte de la artillería ligera se posicionaba a
campo abierto y dejándose expuestas como blancos visibles para el fuego
enemigo. esto supuso uno de los motivos por los que el alto mando alemán
introduciría al ejércitos los cañones de asalto blindados como el famoso Stug
III.
El ataque parecía
fracasar de nuevo, el 35º Regimiento Panzer que estaba cerca de lograr llegar a
la Estación Central de Varsovia, tuvo que retroceder y abandonar el terreno
ganado. La reserva fue movilizada para sustituir a las tropas que se retiraban,
pero recibieron un fuego incansable de las baterías de artillería polacas. Esto
degeneró una dispersión de unidades que quedaban vulnerables ante los polacos,
acciones individuales sin planteamiento estratégico, y la desesperación de
algunas unidades que intentaban huir de aquel desastre.
"Grupo de civiles polacos cavando trincheras dentro de la propia ciudad de Varsovia ante el inminente asalto alemán."
El fracaso del 4º
Ejército Panzer en la toma de Varsovia dejaba expuestas algunos defectos del
ejército alemán. Las teorías de la Guerra Relámpago aún estaban en pañales, y
la coordinación de unidades no estaba tan desarrollada en 1939. La Werhmacht
experimentó que las unidades acorazadas en centros urbanos no eran eficaces.
Este problema se volvió a dar en la Unión Soviética, donde la toma de centros
urbanos se hacía crucial en el avance operacional, sufriendo numerosas bajas.
Mientras que en Francia, cuando los alemanes aprendieron esta lección, evitaron
en su medida intervenir en las ciudades, que tenían poca relevancia estratégica
en el frente y los tanques pudieron efectuar sus funciones en campos abiertos.
El avance alemán y la contraofensiva del Bzura
La fuerza de asalto
alemana de los ejércitos sur de von Rundstedt habían logrado pasar por encima
del ejército de Krakow y Lodz, envolviendo a las fuerzas polacas cerca del río
Warta y llegando hasta Varsovia, tal como caracterizaba la doctrina prusiana
del propio Rundstedt sobre el envolvimiento de unidades enemigas.
Durante este tiempo del
comienzo de la guerra, se dio uno de los episodios más controvertidos y mitificados
de la II Guerra Mundial. En el 1 de septiembre, el ejército de Pomorze
consistía en un grupo de defensa en “apariencias. Consiste en que su desempeño
es de imagen y no estratégico, por el interés polaco de presentar resistencia
en la zona de Pomerania para evitar el suceso de los Sudetes en Checoslovaquia.
Tras la retirada de algunas unidades polacas, el jefe del 18º Regimiento de
Lanceros, el coronel Mastelarz, realizó una incursión tras las líneas enemigas
con caballería montada.
"Caballería polaca cargando contra las líneas enemigas antes des ser aniquilados"
La infantería alemana
se quedó en shock con tal espectáculo que recordaba a las antiguas guerras, al
ver a los polacos cargar con sables como en las guerras napoleónicas. Las
ametralladoras alemanas aniquilaron aquella valerosa pero inútil carga de
caballería, muriendo los 20 jinetes junto con su comandante. A la mañana
siguiente, la prensa italiana de guerra llegó al lugar tras recibir el permiso
de los alemanes, fotografiando la zona y recreando un relato falso en cuya
imaginación, los jinetes polacos muertos en el suelo, formaron parte de una
gran oleada de caballería que cargó con lanzas a los tanques alemanes, confirmado
por el mismo Steven Zaloga.
En las operaciones
aéreas los principales objetivos fueron los aeródromos polacos. El protagonista
de tales acciones, el Ju 87 “Stuka” convirtió Polonia en su campo de recreo
favorito para probar sus explosivos. El Henschel Hs 126 provocaba estragos a la
indefensa infantería polaca. Poco podía hacerse con la mal equipada fuerza
aérea polaca, con modelos como el PZL P.11, un buen avión, pero ineficaz contra
la moderna aviación alemana. Los pilotos polacos demostraron ser de los mejores
al pilotar aviones inferiores y causar algunas serias bajas a los alemanes
antes de ser derribados, por lo que merece la pena resaltar todo su mérito.
Cinco días después del estallido de la guerra, Polonia se había quedado sin la
mitad de sus aviones.
La contraofensiva
polaca de Bzura, consistía en aprovechar parte de las reservas del ejército en
ayudar a la defensa de la capital para romper el ataque alemán de la misma. Los
historiadores piensan que si el contrataque se hubiera llevado antes, habría
comprometido el avance los ejércitos sur alemanes.
Los polacos entablaron
duros combates que se vieron prontamente superados por las mejor equipadas y
numerosas unidades de la Werhmacht. Polonia se desesperaba al ver la
inactividad de Francia y Reino Unido, ya que parte de su plan consistía en
hacer una fiera defensa de su territorio para que Francia pudiera lanzar un
contrataque, cosa que se planeó junto con el Alto Mando francés, pero lo que no
sabían los polacos, es que los franceses, habían cambiado de opinión y no
pensaban realizar ningún movimiento.
"En la Batalla de Molka, apareció un tren blindado que bombardeó a los panzer alemanes, compuestos de dos vagones artillados, con un cañón y ametralladoras cada uno. A pesar de causar grandes bajas a los tanques alemanes, pronto se vieron destruidos por la aviación alemana."
La reacción alemana fue
rápida, aprendieron pronto de sus fracasos de hace unos días, y los
implementaron en Bzura. Los panzer coordinaron fuerzas junto con la infantería,
y la Luftwaffe respondió el 16 de septiembre con 328.000 kg de bombas. Lo que
estaban experimentando los polacos ese mismo momento, era lo que se conocería
como “Blitzkrieg”, Guerra Relámpago, aún en pañales, pero por fin, los alemanes
habían descubierto como emplearla en la práctica.
El fin de toda esperanza
"Infantería alemana dejando paso libre a dos unidades blindadas soviéticas T-26"
Los polacos habían
resistido ferozmente, pero solos ante los alemanes y con el Alto Mando poco
cohesionado para dirigir un frente como aquel aislados de sus unidades,
demostró no ser suficiente. En cuanto la contraofensiva fracasó, los alemanes
se reagruparon y movilizaron a su infantería para volver atacar Varsovia,
estaba vez, se asegurarían de que finalmente cayera.
El 3º Ejército lanzó
ataques desde el norte, tres días después, el ejército polaco de Poznan se
retiraba desde el fracaso de Bzura hacia la capital. El 25 de Septiembre tuvo
lugar el llamado “Lunes Negro”, en el cual la Luftwaffe realizó una serie de
bombardeos junto con ataques de artillería para destruir la ciudad, ocasionando
bajas polacas como alemanas, que no les había dado tiempo a retirarse a tiempo.
Los polacos confiaron
que aunque cayera la capital, el plan seguía en marcha. Las posiciones se
trasladarían al río Vístula junto con las fortificaciones donde los alemanes lo
tendrían más difícil, sus reservas estaban movilizándose, pero ocurrió algo
inesperado. El ejército del norte polaco había sido incapaz de frenar al 1º
Ejército Panzer de Prusia Oriental, comprometiendo el sector oriental del
Vístula. El Ejército de Rundstedt avanzaba desde el sur, comprometiendo a su
vez los ejércitos atrapados que acabarían siendo rodeados.
"Soldados alemanes ejecutando prisioneros polacos tras su rendición"
El 17 de septiembre,
los polacos pronto vieron acabadas sus esperanzas. El Ejército Rojo atravesó la
frontera para “proteger a la población bielorrusa y ucraniana del conflicto”.
Este hecho conmocionó no sólo a Polonia, sino a las potencias aliadas ausentes.
Lo que no sabían es que en el pacto de no agresión, se efectuó una división del
territorio polaco en dos aéreas de ocupación, los soviéticos ocuparías aquellos
territorios que perdieron en 1922.
"Oficial alemán saludando a un comandante soviético de un BT-7. A pesar de lo que se cree de que no hubo tensiones entre los alemanes y los soviéticos, la verdad es que la mayoría de casos hubo muchísima tensión entre algunas brigadas como algunas situaciones como la de esta foto en la que se respetaba el protocolo militar con respeto entre ambos."
Algunos oficiales
ordenaban a sus unidades que no dispararan a los soviéticos si éstos no
interferían en la retirada a la cabeza de puente rumana. Pero esta orden no
llegó a todo el mundo, por lo que algunas brigadas abrieron fuego sobre los
soviéticos y éstos contestaron también.
Los soviéticos
demostraron lo frágil que fue su organización y respuesta a la situación,
cuando no pudieron evitar que tropas polacas huyeran a Hungría y Rumania. Las
fuerzas soviéticas a su vez, permitieron acortar la campaña alemana, y capturaron
casi 452.000 soldados polacos. Los alemanes sufrieron en Polonia
inconveniencias y problemas de sus fuerzas panzer, que aprendieron de ellos a
tiempo para aplicarlo en Francia de mejor manera. Pese a la capitulación del 6
de octubre, los polacos no desaparecieron de los combates de la II Guerra
Mundial, y participarían en las fuerzas de los Aliados y de la Unión Soviética
frente a la Alemania Nazi para liberar su patria.
Bibliografía:
DI NARDO, R. L.; “Germany´s Panzer Arm”, Mechanicsburg,
Stackpole, 2006.
J. ZALOGA, Steven; “La Invasión de Polonia. Blitzkrieg”,
Ediciones RBA, Osprey Publishing, Barcelona, 2007.
PORTER, David; “Tanques de los Aliados Occidentales
1939-1945”, Ediciones Libsa, Madrid, 2012.
TÖPPEL, Roman; “El desarrollo del arma y la doctrina panzer”
de “Panzer, Volumen 1, el triunfo de la Blitzkrieg”, Desperta Ferro, Madrid,
2017.
WETTSTEIN, Adrian; “El ataque de la 4º División Panzer sobre
Varsovia, 8 y 9 de septiembre de 1939”, de “Panzer, Volumen 1, el triunfo
de la Blitzkrieg”, Miliärakademia an der ETH Zürich, Desperta Ferro, Madrid,
2017.
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