sábado, 1 de febrero de 2020

Tartessos: a la caza de un mito

Cuando George Bonsor (Jorge Bonsor para sus muy buenos amigos de Carmona) publicó en la década de 1920 sus tres obras arqueológicas principales sobre Tartessos1 no se podía quizás imaginar lo significativo que sería este hallazgo para la comunidad arqueológica española. Creo que quien ha oído hablar de Tartessos ha quedado maravillado con toda la mística que lo envuelve, lo cual es magnífico para fomentar la investigación arqueológica a nivel nacional, pero, ¿Qué sabemos verdaderamente sobre esta enigmática cultura del suroeste peninsular?
Foto y firma de George Bonsor

Examinando fuentes clásicas

Aunque existen varias referencias que, o bien se han querido asimilar con Tartessos, o bien hacen referencia a una toponimia asimilable con la zona de la que vamos a hablar, nos centraremos en las menciones más claras que podamos encontrar.

Mapa de Tartessos con leyenda

En primer lugar, la Biblia (libro sagrado para unos, odiado por otros, pero siempre una fuente viva susceptible de interpretación histórica para desentrañar el trasfondo y el mensaje que subyace en ella) hace mención a un lugar llamado "Tarshish", que también se conoce simplemente como Tarsis. En el Antiguo Testamento, en concreto, en el Libro de los Reyes (I,10-22) se dice lo siguiente: "En efecto, el Rey Salomón tenía naves de Tarsis en el mar junto con las naves de Hiram. Las naves de Tarsis venían una vez cada tres años y traían oro, plata, marfil, monos y pavos reales". No obstante, las investigaciones más recientes apuntan que probablemente ese Tarsis sea el puerto de Aqaba, en la península del Sinaí.

Pero, no nos desanimemos, que la Biblia aun tiene más menciones al respecto que parecen apuntar hacia buen puerto. De este modo, en un texto del Profeta Ezequiel (27, 12) (siglo VI a. C.) se comenta que Tiro comerciaba con Tarsis y en este caso es posible que sí se refiera a Tartessos, puesto que Fenicia ya había contactado con ellos. Además, en un texto un par de siglos anterior, del conocido como Libro de Jonás (I, 3) del s. VIII a.C., dice: 
"Pero Jonás se levantó para ir a Tarsis, lejos de la presencia de Yahvéh. Bajó a Yoppe y encontró una nave que iba a zarpar hacia Tarsis. Pagó el pasaje y se embarcó en ella para ir con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Yahvéh"2
 En segundo lugar, es indispensable destacar la mención que hace Herodoto -padre de la Historia para unos (Tucídides mola más)- al hablar de uno de los reyes de la cultura tartésica y las relaciones que tenía Tartessos con Grecia. En su obra Historias, en concreto, en el Libro IV (152), narra lo siguiente:
"...un navío samio, que tenía por patrono a Colaios y que se dirigía hacia Egipto, fue arrojado fuera de su ruta a la isla de Platea; las samios confiaron todo el asunto a Corobios y le hicieron un depósito de víveres para un año. Ellos mismos, que, al partir de la isla, habían marchado con un enorme deseo de llegar a Egipto, navegaron fuera de su ruta, arrastrados por el viento del Este; y, sin dejar de soplar el viento, alcanzaron las columnas de Heracles y, conducidos por un dios, llegaron a Tartessos. Este lugar de comercio estaba sin explotar en esta época, de forma que, a su vuelta, estos samios realizaron con su cargamento el mayor beneficio que haya conseguido hasta ahora ningún griego, del que nosotros tengamos referencias exactas, si exceptuamos a Sóstrato, hijo de Laodamente de Egina, que ningún otro puede compararse con éste. De sus ganancias los samios dedujeron el diezmo, seis talentos y ordenaron fabricar un jarrón de bronce en forma crátera argólica."
 ¿Qué podemos extraer de este fragmento tan concreto? Primero, deberíamos extrapolar las referencias mitológicas teniendo en cuenta que son referencias que el autor utiliza para seguir la tónica general de su contexto literario y así dar referencias a la mitología que todo el mundo más o menos, aunque con variaciones locales, podía entender. Los griegos parten desde Platea y, dado que navegaban por cabotaje y dejándose llevar por las corrientes oceánicas, se desviaron de su rumbo original (Egipto) y acabaron muy al oeste, tanto que hace referencia al actual estrecho de Gibraltar ("las columnas de Heracles"), lo que ya los sitúa en la península ibérica. Cómo no, saquearon todo lo que pudieron y volvieron con sendos beneficios. Puede que aquí naciese la creencia sobre la Península como una zona rica en recursos de todo tipo que llevase a su futura explotación.

¿Otra mención a la riqueza peninsular buscáis? Pues bien, pseudo-Anacreonte (esto es lo que se conoce como pseudonimia, es decir, atribución de una obra a un autor sin tener total certeza) comenta en uno de sus poemas que: "Antes prefiero un beso de mi amada que toda la leche de la cabra Amaltea o todas las riquezas de Argantonio". Argantonio es uno de los reyes que podemos llamar "históricos" de toda la dinastía de Tartessos. Según Julio Caro Baroja, el nombre Argantonio sería una referencia a la riqueza en plata (Argantonio = "hombre de plata", por argentum, nombre en latín para la plata) de Sierra Morena y la zona del río Tinto (Huelva).

Por último, encontramos una referencia clara a Tartessos en la obra de Pausanias, pero mostrando las dos opciones que se barajaba, en este caso se refiere a que fuera un río, que muchos investigadores, cruzando referencias con la obra Ora marítima de Rufo Festo Avieno han llegado a la conclusión de que probablemente se refiere al río Guadalquivir; o bien que fuera el nombre más antiguo de una ciudad ibera llamada Carpia. Veamos pues la cita de Pausanias (Paus. Desc. 6.XIX.3):
"Dicen que Tartessos es un río en la tierra de los iberos, llegando al mar por dos bocas y que entre esas dos bocas se encuentra una ciudad de ese mismo nombre. El río, que es el más largo de Iberia y tiene marea, llamado en días más recientes Baetis y hay algunos que piensan que Tartessos fue el nombre antiguo de Carpia, una ciudad de los iberos"

Historia de Tartessos

Tarteso o Tartessos se puede entender como un proceso histórico cultural que se extiende por los valles del Guadalquivir, los valles de los ríos Tinto y Odiel, y el curso bajo del río Guadiana como límite occidental. Esta área se extenderá hasta ocupar todo el sur peninsular, durante el período orientalizante (colonización fenicia), entre las desembocaduras de los ríos Guadiana y Segura.

Bronce tartésico conocido como "Bronce carriazo". Representa a la diosa fenicia Astarté.

El origen de la cultura tartésica (1200-510 a.C.) se gesta dentro de las sociedades indígenas del Bronce Final en el espacio de la península ibérica, alcanzando su culmen en la Edad del Hierro. En síntesis, existen dos hipótesis para explicar su origen: la primera, colonialista, según la cual Tarteso sería una provincia de la gran koiné mediterránea orientalizante; la segunda, evolucionista. Debemos comprender que Tartessos experimenta un proceso de evolución autóctona, pero con un período orientalizante. Por ello, la última opción sería la que podríamos considerar más razonable.

La tradición literaria clásica nos da a entender que el sistema de gobierno que ostentaba Tartessos era la monarquía y que tendrían hasta su propio código de leyes, aunque esto último puedan ser conjeturas. Estrabón, de quien ya he hablado en el blog, remonta la antiguedad de Tartessos a 6000 años, lo cual puede ser una exageración o hacer referencia a meses o años lunares (quien afirma esto, da a entender que serían 500 años solares).

Como ya podemos intuir las fuentes clásicas no son muy exactas a la hora de hablarnos sobre este reino, si es que lo fue, pero por tradición literaria sabemos de la existencia de 5 monarcas de Tartessos; los dividiremos en dos: los reyes mitológicos y los reyes "históricos". Los reyes mitológicos serían Gerión, Nórax, Gárgoris y Habis, mientras que los reyes "históricos" serían Argantonio (no es una errata, más hacia delante lo comentamos).

En primer lugar, tenemos al rey Gerión, que según la mitología sería una especie de gigante tricéfalo (o según la tradición, de 3 torsos de cintura para arriba), que pastoreaba su gran manada de bueyes por las orillas del Guadalquivir. Lo conocemos en base a uno de los doce trabajos de Heracles, puesto que a Gerión un tal Caco le robó su vacada y el héroe griego tuvo que recuperarla. Posiblemente, este monarca sea una referencia a la riqueza bovina de la península ibérica.
Representación de Heracles junto al rey Gerion. Cartela del Sarcófago de Perge (Turquia)


Al respecto del rey Nórax conocemos bien poco, en realidad, puesto que aparece en la Piedra de Nora, donde se narra la fundación mitológica de esa ciudad de Cerdeña. También conocemos que era nieto de Gerión, y, por tanto, hijo de la única hija del rey Gerión, Eritea.

Con este rey terminaría la primera dinastía mitológica de Tartessos y comenzaría el reinado de Gárgoris, inventor de la apicultura y promovedor del comercio. Junto con Habis, formarían este segundo bloque de monarcas mitológicos. 

Por su parte Habis, que era un hijo ilegítimo de Gárgoris fruto del incesto con su hija, tiene una historia más apasionante y que os puede recordar a otras. Su padre Gerión varias veces mandó bestias a matarlo, pero jamás lo logró, fue cuidado en el bosque y amamantado por una cierva (algo así como lo que le sucedió a Rómulo y Remo en Italia). Cuando creció y gobernó en el reino, descubrió la agricultura al atar dos bueyes a un arado y enseñó a la gente a vivir de esto. 

Además, como podemos encontrar en la Tragicomedia de Gárgoris y Habis, formuló las primeras leyes, dividió la sociedad en siete clases, el reino en siete ciudades y prohibió el trabajo a los nobles. Bajo su reinado se establece un sistema social en que unos pocos viven a costa del trabajo y la miseria de una mayoría pobre, iniciando la explotación del hombre por el hombre.

Siendo críticos con las fuentes, podemos afirmar la existencia de estos monarcas con base mitológica del mismo modo que afirmaríamos la de cualquier otro personaje de la mitología griega, ya que viene a cuento.

Por fin llegamos al último rey (o reyes, entendido como dinastía) de Tartessos: Argantonio. Según Herodoto, vivió 120 años de los que solo gobernaría 80. Dado que tenemos referencias históricas y no mitológicas de este monarca, el arqueólogo Adolf Schulten dató su reinado entre el 630 y el 550 a.C. Dada la larga duración de este reinado, se sospecha que pudieron ser dos reyes o ser este el nombre de la dinastía. Fue un monarca, por lo que conocemos, bastante filogriego, ya que agasajaba con regalos a los navegantes de Samos, que llevaban sus ofrendas al Heroon de Samos, y ofreció a los Foceos, con quienes tenía buena relación comercial, que se refugiasen a su reino cuando el imperio persa empezó a presionar Focea.
Recreación del rey Argantonio portando los tesoros de El Carambolo, pintado por Juan Miguel Sánchez (2018)

Después de esta dinastía, en torno al año 510 a.C. se deja de hacer cualquier mención a Tartessos, parece ser que desaparece. ¿O puede que no? Tras el período orientalizante, con los fenicios ya asentados en la península ibérica y el contacto con los iberos, estos entablan contacto con un pueblo ibero que estaría asentado justo donde antes se encontraba Tartessos; estos serían, ni más ni menos que los Turdetanos (de quienes ya hablé con Estrabón). Esta tribu formada por varios caciques recogería mucho de la herencia tartésica, pero no llegaría a tener ni el poder ni la gloria de Tartessos, si es que ese poder y gloria existieron alguna vez. Los turdetanos serán quienes se encuentren con los cartagineses y, más tarde, los romanos.

En el artículo de Julio Caro Baroja titulado La realeza y los reyes de la España Antigua podemos observar como se fija en especial en los reyes Gerión, Habis y Argantonio. La conclusión a la que llega es que probablemente sean la representación de las tres principales "riquezas" de la península ibérica y los griegos quisieran representarlas así: Gerión sería la riqueza en ganado bovino, Habis sería la apicultura (por su nombre: Habis pudo derivas a Apis que significa aveja) y Argantonio sería la riqueza minera de la plata de Sierra Morena.

Por su parte, Juan de Mata Carriazo hablaba de que Tartessos podría estar en El Carambolo, donde descubrió un busto que decía que era Argantonio, pero resultó ser un busto romano, además de toda una cerámica que se ha estudiado más recientemente. Otros como Adolf Schulten, pensaba que la capital estaría en el Coto de Doña Blanca, y actualmente es donde más foco se ha hecho en las investigaciones.

Romanticismo tartésico

Pongámonos serios. A Tartessos le envuelve una mística y un romanticismo nacionalista sin sentido provocado por el uso político y sesgado de la Historia. Hemos podido ver a distintos nacionalismos (no nombraré cuales) vincularse con esta cultura. A mi parecer, esto se debe a su carácter autóctono. Es un aspecto que los nacionalismos ven deseable: es un pasado que se puede usar para legitimar el presente en base a una autoctonía que "supuestamente se sigue manteniendo". ¿De donde surge esta imagen de Tarteso?

Empecemos hablando de las dos teorías que existen al respecto de la caída de este reino. Existen dos corrientes historiográficas: una primera, cuyos máximos exponentes son George Bonsor y Adolf Schulten, nos explicaría que el final de Tartessos se produjo por la invasión de los Turdetanos, que vivían anteriormente al norte de Despeñaperros (Jaen), destruirían la cultura pero asimilarían parte de ella. Esto crearía un mito tartésico-andalusí que junto con el romanticismo enlazaría todas las culturas desde Tartessos hasta la conquista de Granada por los Reyes Católicos, como una suerte de sucesión de imperios en la "Andalucía feliz", imagen que reforzó el viajero romántico Washington Irving con su obra "Leyendas de la Alhambra".

La segunda teoría sería la del arqueólogo Joan Maluquer de Motes. En su obra Tartessos, explica cómo en el siglo VI a.C. la decadencia de este reino se vería precipitada por cuestiones tecnológicas, es decir, se agotaron los filones superficiales de las minas de plata y ante la incapacidad de explotar los filones profundos caerían en decadencia. A esto se le añadiría el bloqueo comercial que supuso la fundación de Massalia (actual Marsella), lo cual acabaría por hacer desaparecer esta cultura.

Por último, existe una teoría que también ha afectado a la imagen de Tartessos. El poeta e historiador José Pellicer de Ossau (s. XVI) situó Tarteso como una posible ubicación de la Atlántida, basándose en los escritos del Timeo y Critias de Platón. Cualquiera pensaría que esta teoría sobre un emplazamiento mítico hubiera ido despareciendo con el tiempo, pero lo desconocido suele mover pasiones, y un posible hito aventurero y romántico como este no podía dejarse sin explotar. Actualmente, sigue habiendo una linea de divulgación reduccionista que sigue pensando en esta posibilidad ya que, ¿por qué no? Platón ubicó su Atlántida más allá de las columnas de Heracles y la zona puede cumplir con las expectativas.
Imagen aérea alterada que muestra círculos concéntricos en Sanlucar de Barrameda (Cádiz) para que se asemeje a la Atlántida de Platón

Ahora viene lo bueno. Luis García Iglesias, ya en 1974, desmintió esta supuesta atribución Tartessos-Atlántida3. Su teoría, que debemos recordar, buscaba desmontar esta asociación, buscó una nueva. Se puso a pensar y llegó a una conclusión: ¿y si la Atlántida de Platón fuera una metáfora sobre la Atenas de la Edad Oscura que resistió las invasiones/migraciones dóricas? Allá cada uno con las conclusiones que saque de esta pregunta.

Reflexión personal

Tesoro de El Carambolo. Museo Arqueológico de Sevilla.

La permeabilidad de la historia de Tartessos en el imaginario colectivo, capaz de construir una suerte de relato nacionalista usando de base la autoctonía de esta civilización, debería de quedar obsoleta. Si queremos hacer una buena historia debemos dejarnos llevar por los hechos y, aunque no he comentado los grandes rasgos a nivel de restos arqueológicos, los hallazgos arqueológicos que podemos encontrar en el espacio que hemos tratado y para la cronología expuesta no son concluyentes. Por eso, existe entre los historiadores de la Antigüedad, prehistoriadores y arqueólogos un debate al respecto, es decir, no llegan a tener claro si los hallazgos arqueológicos de cerámica y demás tesoros de El Carambolo o los depósitos de armas de Huelva pertenecen a Tartessos, o simplemente sería una cultura del Bronce Tardío cuya cultura material tendría grandes influencias orientales (sin atribuirle la grandeza mística de Tartessos).

Espero que os haya gustado.
Fdd. Remus Okami

Bibliografía:

- CARO BAROJA, Julio: La realeza y los reyes de la España antigua. Murcia. (1971)
- CRUZ ANDREOTTI, Gonzalo. Tartessos como problema historiográfico: el espacio mítico y geográfico en las fuentes arcaicas y clásicas griegas. Málaga. (1991)
- GARCÍA IGLESIAS, Luis: Deshispanizando un mito, la Atlántida de Platón y la autoctonía de los atenienses. (1974)
- MALUQUER DE MOTES, Juan . Tartessos: la ciudad sin historia. Ed. Destino. (1984)
- MALUQUER DE MOTES, Juan . La civilización de Tartesos. Granada. Talleres De Ediciones Anel. Editoriales Andaluzas Unidas, S. A. (1985)
- SAN NICOLÁS, Mª Pilar: Tarteso y el periodo colonial. En Prehistoria Reciente de la Península Ibérica. UNED (2013)

Citas a pie de página:
1: Las tres obras de Jorge Bonsor sobre Tartessos son Tartessos (1921), El Coto de Doñana: una visita arqueológica (1922) y Tartessos: excavaciones practicadas en 1923 en el cerro del Trigo, término de Almonte (1928).
2: Podría representar otra vez el puerto de Aqaba como en la referencia del rey Salomón. No se sabe con seguridad.

  1. 3: GARCÍA IGLESIAS, Luis: Deshispanizando un mito, la Atlántida de Platón y la autoctonía de los atenienses. 1974

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